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jueves, 13 de noviembre de 2014

CAPÍTULO XXXIX - EL ÚLTIMO ROCKERO



GRAN JOHN



Lugar nuevo de Átomo, Casas de la Cerda, Losa de Sapos, Torre Viciosa, La Cueva Negra, Granjas Largas, eran algunos de los poblados donde Gran John había buscado a Monique. El resto no los recordaba y tampoco intentaba hacerlo.
Días y días buscando aquella preciosa mujer del búnker Ghenova, aquella extraña mujer que la misma noche en que escaparon desapareció como por arte de magia sin dejar rastro alguno.
Estaba confundido, ya no sabía dónde buscar, había recorrido todos los poblados de la zona y ni rastro de ella. Era imposible que alguien que jamás había vivido en aquel mundo, pudiera desaparecer de aquella manera a no ser que un depredador la hubiera devorado.
Cada día que pasaba tenía menos esperanza en encontrarla, incluso había llegado a creer que todo era una paranoia fruto de los porros, pero al comprobar que el robot ya no le seguía y que tampoco tenía los collarines alrededor de sus tobillos, aquel pensamiento desapareció de su cabeza.
La tormenta de la tarde había obligado a Gran John a refugiarse en el bar de Chano. Durante su odisea por los pueblos cercanos descubrió que no había aldea sin bar. Un lugar de ocio para unos, negocio para otros y hogar de muchos. Aprendió que no eras nadie si no te conocían en los bares, así que lo tomó al pie de la letra y aunque frecuentaba mucho la mayoría de antros trataba de pasar desapercibido.
-¡Una cerveza!-pidió nada mas acercarse a la barra.
El dueño del local, un hombre con cara de cabreado al cual parecía no importarle lo más mínimo que las mesas estuvieran repletas de basura, negó con la cabeza señalándole los casquillos vacios que había esparcidos por todo el local.
Hacía días que no fumaba y el mono por encenderse un porro estaba irritando cada vez más su carácter. Para colmo en aquel antro parecía no haber ni gota de alcohol.
-¿María?
-Si quieres droga pregúntale al friky de la radio-espetó el camarero-lo encontrarás en el edificio lleno de antenas que hay a las afueras del pueblo.
Sin casi despedirse Gran John salió a toda velocidad de aquel antro, dirigiéndose a las afueras en busca de su dosis de María. El síndrome de abstinencia provocaba que no pudiera pensar con claridad, necesitaba fumar casi como el comer.
El edificio al que se refería el camarero fue fácil de encontrar. Aquella aldea no tendría más que una decena de casas, todas compitiendo por ver cuál era la más destartalada. Solo la pequeña torre con antenas se salvaba. Parecía una construcción anterior a la guerra, aunque las improvisadas antenas que cubrían la mayoría de la fachada habían sido claramente puestas después de la guerra.
En la puerta unos tipos raros vestidos con chaquetas de cuero y de pelo largo, bailaban al ritmo de una canción que le era familiar. En el suelo, un artilugio parecido a una emisora de radiofrecuencia emitía la música. Escuchando la melodía Gran John recordó que era la misma canción que sonaba por el altavoz del robot en aquella maldita gasolinera, aunque no recordaba el nombre.
-¿María?
-¡Tío pregúntale a Hestengberg!-respondió uno de los tipos de la entrada, señalando hacia el interior del edificio-Es el que pone las canciones. Sube, está arriba. Dile que vienes de Mis Partes.
Aquel tipejo parecía ir colocado hasta los huesos, el olor a porro delataba a todos los que estaban allí. Pero el buen ambiente que tenían entre ellos le confianza.
-¡Gracias tío!
En el interior solo había una escalera de hormigón en tal mal estado, que daba la sensación de poder derrumbarse en cualquier momento. Gran John se armó de valor y decidido por conseguir algo para fumar comenzó a ascender por la zona de los peldaños mas pegada a la pared, la cual parecía más segura que el resto.
Cuanto más se acercaba a la última planta, mas notaba el característico olor a María, similar al que desprendían los tipejos de la entrada.
Al final de la escalera, una puerta metálica abierta de par en par daba acceso a una pequeña sala.
-¡Tranquilo vaquero!-dijo quien parecía ser Hestengberg, levantando las manos nada mas percatarse de su presencia. Un hombre de pelo corto canoso y barba de pocos días. Vestía una camiseta blanca bastante sucia que marcaba su delgadez con unos pantalones vaqueros desgarrados.
La sala aparte de oler a porro, estaba repleta de emisoras de radio y ordenadores, si no fuera porque conocía muy bien los cuarteles del Ejército del Pueblo Libre, pensaría que estaba en uno de los puestos de mando.
-¿Que sitio es este?
-Esto chaval, es radio macuto. La radio del canuto. Única en toda la región-respondió alegremente el hombre. Reconocía aquella voz, era la misma que días atrás anunciaba la canción que escuchó en la gasolinera.
-¿Tu eres?
-El mismo que viste y calza-respondió sin dejar terminar la pregunta-Aunque todo el mundo me conoce como Hestengberg. Tú no eres de por la zona por lo que veo. ¿Qué haces por aquí forastero?
-¡La verdad que no lo sé!- Gran John se encogió de hombros-Ahora mismo buscaba alguien que tuviera algo para fumar y me dijeron que tu vendías.
-Compadre has venido al lugar ideal. Tengo la mejor mierda de toda la zona. Una calada de esta marihuana y pasaras todo el día colocado. Precisamente tenia uno por aquí a medio consumir- Hestengberg se giró hacia la mesa que tenia justo detrás suyo y buscando entre montones de discos viejos, encontró el nombrado porro al cual le quedaban unas cuantas caladas-¡Sírvase usted mismo!
Para Gran John la primera calada fue como quitarse a Potito de encima una de tantas veces cuando este sin previo aviso, saltaba encima de él aprovechando un momento de despiste. Aunque Gran John tenía fuerza suficiente para cargar con él, aquella bestia pesaba muchísimo, era como si le aplastaran la espalda con un mazo. Añoraba los tiempos pasados en los que salían los tres a patrullar juntos. ¿Dónde estarán? ¿Pececito habrá dado con ellos?
-Esto esta cojonudo- dijo mirando el porro, haciendo círculos con el humo, el mono casi había desaparecido por completo-¿Hace mucho que te dedicas a esto?
-¿A la radio?-preguntó Hestengberg refiriéndose a la pila de emisoras y ordenadores que tenía detrás de él Prácticamente desde que nací. Mi padre trabajaba en esta radio, el padre de mi padre también y según me conto mi padre, el padre de su padre fue el fundador de la radio.

-¿Y ganas mucho dinero con esto?-tanto padre lo había hecho un lio y ya no sabía quién era el fundador de la radio, pero quiso continuar escuchando su historia.
-Aquí dentro soy feliz y el rock hace felices a la gente que lo escucha. Lamentablemente...-el locutor de radio se encogió de hombros-...el paso de las guerras poco apoco han acabado con la mayoría de antenas y cada vez se escucha la radio en menos lugares.
-¿Y por eso vendes porros para sobrevivir?
-Esos son de mi cosecha propia, para el autoconsumo. Solo que siempre tengo excedentes para vendérselo a mis seguidores. Con esta mierda la música suena diferente.
-¡Pues tendré que hacerme seguidor tuyo!-sonrió. Hestengberg se quedó mirándolo con cara rara, acto que no le inspiró confianza alguna.
-¿Tu eres soldado del Ejercito del Pueblo Libre verdad?-pregunto el locutor señalando con el dedo.
<< ¡Mierda el uniforme me delata!-se dijo a sí mismo-¿Pero qué mierda le importa a este de donde sea yo? ¿Querrá hacerme una ficha de socio o qué?>>
-Pertenecía...-respondió en voz baja-Su política de actuación frente algunos casos, no coincidía con mi política. Así que decidí abandonar el ejército.
-¡Vamos que saliste por patas granuja!-dijo Hestengberg en medio de una amplia sonrisa-¡Ven quiero que veas algo!- el hombre echó mano de un montón de papeles que tenía situado en una de las mesas, donde al parecer había algo escrito. Gran John siempre había tenido dificultades para leer, solo esperaba que aquel tipo le contara lo que había escrito en los documentos.
-¿Qué es esto?- quiso mostrar interés, ya no quedaba porro, tanto hablar había hecho que se lo fumara entero sin darse cuenta, aunque parecía que a Hestengberg no le importaba. <<Igual con suerte se lía otro>>
-Esto son conversaciones que he podido escuchar con los aparatos de radiofrecuencia, transcritas a estos papeles-el semblante del locutor cambio por completo, estaba serio a más no poder. Aquello le pareció extraño- Últimamente la señal que recibimos es bastante débil, creo que el repetidor que utilizamos ha sido dañado por algún motivo. El caso es que antes de que esto ocurriera, recibimos una señal de socorro procedente de los pueblos situados más al sur de la región. Hablaba acerca de un nuevo ejército bien armado que saquea las casas y esclaviza a los supervivientes. Según la comunicación la mayoría de pueblos han sucumbido ante el poder de este grupo y pocos son los que aun resisten el azote de sus batallones. Tengo la sensación de que su próximo objetivo somos nosotros y todos los pueblos vecinos.
-¿Y qué se puede hacer al respecto?- interrumpió, aquello no le daba buena espina. ¿Un ejército peor que lo ya conocido? ¡Imposible!
-Hay que enviar un mensaje para pedir apoyo a tu antiguo ejército y a la Hermandad del Rayo. Quizás sea demasiado tarde para nosotros, pero que al menos el resto pueda salvarse.
-¿Que el ejercito de Pececito nos apoye sin pagar nada a cambio?-espetó Gran John-¡Tu flipas! Con suerte se salvaran ellos el culo, son demasiado arrogantes como para hacer algo por los demás.
-Al menos hay que intentarlo-sugirió Hestengberg.
-¿Y qué sugieres?
-Lo primero ir donde está el repetidor para comprobar que ha pasado y si se puede reparar. Acompáñame para protegerme frente a posibles amenazas y no te volverá a faltar un porro en tu vida. ¿Qué dices a eso?
<<Es una buena oferta-se detuvo unos momentos a pensar-No tengo nada mejor que hacer y este chalado necesita mi ayuda. No creo que los colgados de la entrada sepan disparar un arma. Si es verdad lo que dice este tipo, estamos ante un gran aprieto. La vida es una mierda, pero cualquier acción puede contribuir a mejorarla>>
-¡Esta bien!-fue la respuesta Gran John a la oferta del locutor-¡Acepto la oferta!
-No me esperaba menos de ti-Hestengberg respiró profundamente- Espera que ponga una sesión continua y nos ponemos manos a la obra. ¡No hay tiempo que perder!

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